El Equilibrio no son mitades matemáticas exactas, ni es una balanza cuyos platillos reparten el peso a partes iguales. Los equilibristas realizan piruetas que pueden poner en peligro sus vidas. Tampoco es este el tipo de equilibrio al que me referiré aquí, si bien es cierto que la falta de equilibrio en la salud amenaza la vida.
El Equilibrio es aquello que permite que la energía vital exista, se expanda y pueda manifestarse en sus expresiones físicas, emocionales y mentales.
Digámoslo ya de entrada: cuando hay Equilibrio hay Salud. Y la Salud asegura la Vida.
El Equilibrio no es algo que se encuentra o a lo que se llega de golpe. El Equilibrio es un Entrenamiento, y se practica, repite, cual jardinero en su jardín, y así acaba saliendo a nuestro encuentro como algo espontáneo que pasa a formar parte de nuestra manera de vivir. Se integra y se queda. Pero podemos vivir momentos, días, épocas en los que perdamos su frescura y presencia y estemos más conectados con el desequilibrio. Esta inestabilidad forma parte de estar vivos. Si volvemos a practicar y recordar con mimo y cuido, el equilibrio reaparece. El jardinero siempre está atento a su jardín.
Hablar de Equilibrio significa hablar del principio universal de los opuestos complementarios, y que nombramos desde tiempos remotos como el Yin Yang. Quedarse con la dualidad de este principio es incorrecto, pues precisamente el binomio yin yang solo se explica por su interrelación y participación dinámica asegurando la unión y no-dualidad de las partes.
Una de las polaridades complementarias más conocidas por todos es la noche y el día, y sus elementos celestes asociados, la luna y el sol, yin y yang. Estas energías son las dos caras de una misma moneda, que rigen el funcionamiento del ser humano en todas las facetas de su vida. Conocer las características de estas fuerzas y cómo repercute su actividad en nosotros está en la base del Equilibrio. Quien sabe aquello, obtiene esto.
El Equilibrio es un patrón de descubrimiento o vuelta a la Armonía: la armonía de estar bien (el BienEstar). Y donde la belleza, la espontaneidad y la creatividad se avienen con las sensaciones de tranquilidad, concordancia y vitalidad. Cuando las funciones del organismo se ven alteradas aparece el estrés, el dolor y el sufrimiento.
Por tanto, la experiencia del Equilibrio es también una experiencia del Desequilibrio. Mi experiencia con el Arte de cuidArte y mis Acompañamientos viene a confirmarme el error que supone querer estar siempre equilibrado o en equilibrio, negando los momentos de desajuste o pérdida del centro. Esta creencia es fatídica y lleva a la rigidez, al control y al postulado de verdades absolutas. El Equilibrio implica la aceptación de momentos desequilibradores.
De la suma de ambas experiencias nace la Flexibilidad que es algo que está entre la laxitud extrema y la contracción extrema, una suerte de tensión relajada, necesaria y fecundadora de la quietud en la acción y la acción en la quietud
En realidad, el problema no reside en perder el Equilibrio, el problema reside en inmovilizar la energía que necesitamos para volver al equilibrio.
El Equilibrio es un trabajo de Agradecimiento a la vida, y Compromiso con nosotros mismos, o sea, con nuestra salud. Quien entiende la vida como un regalo la cuida cada día. Si la vida se siente como un sufrimiento, entonces se convierte en un estorbo y buscaremos evasión y evitación, así como cualquier estrategia para calmar, anestesiar, apaciguar la carga que es vivir.
El Equilibrio no viene de fuera, el Equilibrio se construye desde Dentro.
El Equilibrio es el resultado del entrenamiento, práctica y repetición de Hábitos de salud en Alimentación, Movimiento y Pensamiento. No nutrimos solamente el cuerpo físico, también el emocional y mental. Pongamos por caso, si voy a nadar a la piscina un día al mes, no tendrá el mismo impacto en mi cuerpo físico, emocional y mental que si repito una vez o varias veces por semana. Lo mismo sucede con la meditación o cualquier otra cosa que para uno sea importante como fuente de bienestar. Y sabemos que una innegable fuente de bienestar y nutrición es lo que comemos, cuánto y cómo comemos.
No hay nada más saltarín, cantarín, dinámico y de buen humor que el Equilibrio Equilibrador.
Practicar el Equilibrio es Cocinar, es preparar nuestros propios alimentos en función de nuestras necesidades. Transformar los alimentos al servicio de nuestra naturaleza personal y teniendo en cuenta el clima, la actividad que desempeñamos, el territorio que habitamos, y nuestras circunstancias de vida nos lleva al equilibrio. Por tanto, es fundamental escucharnos y conocernos para así poder ofrecernos aquello que más nos conviene. Equilibrio pasa por cocinar. Más veces lo repites, más te gusta y sientes esa complicidad con lo que conoces y te hace bien. Se va creando un vínculo de intimidad, una mezcla de fuerza y ternura contigo uno mismo, y una vuelta a la sencillez de la vida (vivere parvo).
Si lo que comemos alimenta el cuerpo, pero no el Espíritu, no hay Equilibrio.
Los Alimentos Equilibradores son aquellos que crean las condiciones de la salud: regulan la homeostasis del medio interno, regulando la oxidación, la acidosis, y la relación sodio/potasio. Todo aquello que tenga que ver con alimentos ultraprocesados o provenientes de la industria alimentaria será desequilibrador, pero un exceso o cantidad no moderada, también. Asimismo y desde el punto de vista bioenergético de los alimentos, los que son de energía extrema yin o yang, igualmente alterarán el equilibrio o desestabilizarán la fuerza vital.
Las DEPuraciones con el Arte de cuidArte llevan como subtítulo Depuraciones con Equilibrio. No concibo limpiar el cuerpo de la toxemia que va acumulando sin tener en cuenta esta cuestión. En la recién y última depuración grupal (enero 2022), reflexionamos en torno a su significado y la experiencia para cada participante y correspondencia en el cuerpo. Cada individuo tiene su propia idea de Equilibrio porque las vivencias más o menos nutritivas a lo largo de la vida no son iguales para todos. Esto explica que cada uno tenga o llegue a su propio centro de maneras diversas. Si son realmente válidas y en concordancia con la biología humana, darán como resultado expresiones de equilibrio únicas, parecidas entre sí, pero únicas. Nadie puede decirnos cómo tiene que ser, porque es como cada uno es.
Recapitulando, el Equilibrio puede ser:
Empatía con todas las partes de nuestro cuerpo
Fuerza y Ternura
Flexibilidad
Movimiento (Equilibrio Dinámico)
Hábitos
Centro
Yin en Yang, Yang en Yin
Armonía
BienEstar
cAlma
Salud
Balancear (no compensar)
Contacto
Sentir (basado en los afectos)
Relajación
Energía
Posibilidades
Libertad
Alegría (sin causa externa)
Camino
Aprendizaje
Muerte
¿Añadirías algo más a esta lista?
La experiencia del Equilibrio es, en cualquier caso, una suerte de Flexibilidad, lo decía más arriba, y que se manifiesta en la disponibilidad de la Energía y Fuerza Vital.
El Equilibrio siempre es Dinámico y se entrena a lo largo de toda la vida.
El esfuerzo y el estrés no son buenos compañeros del Equilibrio. Sí lo son el compromiso con uno mismo, el autoperdón, la humildad, el Autocuidado y el convencimiento de que somos responsables de nuestra Salud.
Una última reflexión, si la alimentación es placer y es también supervivencia, ¿qué hay entre una cosa y la otra? El Equilibrio.
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En todos mis artículos está presente la idea de Centro y Equilibrio, de manera más o menos explícita. Si te interesa el tema, aquí encontrarás otras reflexiones, comprensiones, ideas.
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La imagen de este artículo es del ilustrador Kevin Sloan